Desde la escuela tradicional hacia la escuela del siglo XXI

Actualmente se cuestiona el papel de la escuela por su postura invariable y por la actitud poco decidida de los maestros para adecuarse a las necesidades cada vez más exigentes de los estudiantes. Se la califica utilizando una serie de clichés como: escuela tradicional, memorista, industrial, etc. Se le reclama la falta de acciones pedagógicas innovadoras y una escasa atención a las expectativas de los llamados nativos digitales. Se promueven debates, se gestan propuestas, modelos y tendencias para hacer pedagogía con el uso de las tecnologías pero todo queda allí, como propuestas que el docente del aula procura aplicar con resultados poco alentadores por la multiplicidad de herramientas, aplicaciones, software y servicios de los que uno se puede valer para integrarlos en el currículo.
Como una experiencia que se viene aplicando en la institución educativa donde trabajo, y como una manera de integrar las formas de enseñanza tradicional con las actuales tendencias metodológicas con el uso de las TIC, se está desarrollando una propuesta que hace uso de algunas herramientas de la web 2.0 que permitirá ir desterrando poco a poco el paradigma de la escuela tradicional, todavía vigentes en nuestro medio. Se trata de transitar desde un modelo puramente cognitivo hasta abordar modelos que promueven el desarrollo de competencias necesarias para el ciudadano del presente siglo: gestión de la información, pensamiento analítico-sistémico, pensamiento crítico,colaboración y solución de problemas.
Este sería el primer paso que dar para ir apropiándose de las TIC en la escuela, de manera paulatina y estratégica, logrando su ansiada integración curricular. Luego podremos coronar este cometido con el aprovechamiento y producción con tecnologías. De esta manera habremos adoptado los nuevos paradigmas de una escuela del siglo XXI, para los estudiantes de hoy.
La siguiente presentación resume lo dicho anteriormente.

Una dosis web 2.0 para tu escuela on Prezi

La enseñanza en nuestros tiempos.

En aquellos momentos de encuentro,sean estos reuniones ordinarias, talleres, etc. y que son poquísimos, en los que reflexionamos acerca de la escuela como una institución oficial donde hemos pasamos la mayor parte de nuestras vidas como estudiantes en el pasado y ahora como docentes, quisiéramos poder alcanzar nuestros ideales de formar integralmente a nuestros estudiantes. Son en esos efímeros momentos donde prodigamos elocuencia y hacemos el mayor esfuerzo para usar nuestra inteligencia y cuestionar las ideas, contradecir las opiniones o aportar soluciones oportunas. Si permitiésemos el mismo clima de convivencia dentro del aula, sería un gran pecado para muchos de nosotros.

La población estudiantil de estos tiempos ya no aceptan fácilmente el status quo de la escuela. Lo que tranmitimos los docentes ya no es válido si no va acompañado de evidencias palpables en cualquier tema que se trate. Parece que nos dijeran: "No quiero aprender eso".Luego afirmamos que no aprenden o que fue un intento fallido de metodologías o recursos.

Y cuando llega el tiempo de evaluar, momento cumbre y decisivo en cada área académica,"calificamos" a nuestros estudiantes de buenos, regulares o malos. En estas circunstancias, no advertimos que nuestra trabajo está siendo selectivo e incoscientemente hacemos de la escuela un espacio que paraliza y que no ayuda. No recordamos que a través de una sola prueba, sea cual fuera su particularidad, sólo se evalúan hechos circunstanciales y no un estado permanente de habilidades, destrezas, competencias o actitudes.