sábado, 3 de septiembre de 2011

La enseñanza en nuestros tiempos.

En aquellos momentos de encuentro,sean estos reuniones ordinarias, talleres, etc. y que son poquísimos, en los que reflexionamos acerca de la escuela como una institución oficial donde hemos pasamos la mayor parte de nuestras vidas como estudiantes en el pasado y ahora como docentes, quisiéramos poder alcanzar nuestros ideales de formar integralmente a nuestros estudiantes. Son en esos efímeros momentos donde prodigamos elocuencia y hacemos el mayor esfuerzo para usar nuestra inteligencia y cuestionar las ideas, contradecir las opiniones o aportar soluciones oportunas. Si permitiésemos el mismo clima de convivencia dentro del aula, sería un gran pecado para muchos de nosotros.
La población estudiantil de estos tiempos ya no aceptan fácilmente el status quo de la escuela. Lo que tranmitimos los docentes ya no es válido si no va acompañado de evidencias palpables en cualquier tema que se trate. Parece que nos dijeran: "No quiero aprender eso".Luego afirmamos que no aprenden o que fue un intento fallido de metodologías o recursos.
Y cuando llega el tiempo de evaluar, momento cumbre y decisivo en cada área académica,"calificamos" a nuestros estudiantes de buenos, regulares o malos. En estas circunstancias, no advertimos que nuestra trabajo está siendo selectivo e incoscientemente hacemos de la escuela un espacio que paraliza y que no ayuda. No recordamos que a través de una sola prueba, sea cual fuera su particularidad, sólo se evalúan hechos circunstanciales y no un estado permanente de habilidades, destrezas, competencias o actitudes.